Antibióticos

La entrada de hoy es para daros un consejo, cuando vayáis a abrir un sobre con antibióticos tened cuidado. A mi me pasó ayer que al verter el contenido del sobre en un vaso, salió una pequeña nubecilla de polvo que inhalé. No era yo el enfermo, en ese caso me hubiera dado igual , pero resulta que estaba preparando el brebaje para otra persona.

Ya tengo en mi organismo un potente antiobiótico de última generación que resultará totalmente inútil cuando me lo administren por enfermedad: llego a esta conclusión por lo que escucho a los médicos, que dicen que no se pueden tomar sino para casos prescritos por ellos y siempre en las dosis recomendadas.

Estos fármacos son cada vez más fuertes, pero los microorganismos contra los que luchan resisten más eficazmente. Me enoja que la gente deje de tomarlos a mitad del tratamiento porque se sienten mejor sabiendo, o sin saber, que esa conducta a la larga es perjudicial.

En fin, no quería dejar pasar esta pequeña anécdota sin comentar. Como diría alguna persona que conozco "la próxima vez ya sabes lo que tienes que hacer"; echar agua primero