Hasta hace poco tiempo, pertenecía a esa triste raza de seres humanos (?) que habitan en los rincones más aislados de las bibliotecas, durante todo el año: los opositores. No todos son carne de biblioteca, hay otros que prefieren ocultar su rostro blancucho al resto de mortales en sus casas, en habitaciones llenas de temarios que hay que actualizar constantemente a golpe de http://www.juridicas.com/
Aunque guardan parecido con el resto del género de los estudiantes, son fácilmente identificables por su mirada perdida... en la lejanía de la convocatoria que el Boletín, caprichoso, no publica.
El mundo de la Oposición está plagado de anécdotas, yo he protagonizado alguna que no me atrevo a repetir aquí. De las más conocidas y no por ello menos "divertida" es la famosa: "Me salió el tema que no tuve tiempo de preparar"; efectivamente, no tiene puta gracia, sobre todo cuando se lo cuentas a el mamón excepcional que confirma la regla: "Vaya, pues sólo llevo tres meses y me salió justo el tema que me preparé".
Sobre la experiencia podría escribir mucho, pero Dita me recordaría eso de las 40 líneas por entrada que yo me he autoimpuesto... en el fondo, es un desorden mental derivado de "los quince minutos en el examen oral ( no hagan chistes fáciles) , la respuesta por folio, una hora por pregunta"... Al final conviertes tu vida en una oposición.
Pero no todo van a ser comentarios negativos, todavía quedan los supernegativos: tener que pagar una pasta a tu preparador para que te recuerde lo poco que sabes, mientras ves la cara de viejos que tienen tus compañeros... porque realmente son viejos. Llevan muchos años más que tú preparando el temario, por lo que aún te queda un largo camino... y la peor experiencia, el día antes de un examen. Lo había olvidado hasta el momento de escribir estas miserables líneas!
En fin, bromas a parte, la experiencia no fue negativa. Cuando empiezas, eres consciente de que se puede aprobar o suspender. Para tener éxito, hay que ser constante y estudiar con tranquilidad. A mi me ha servido para adquirir disciplina, método y muchos conocimientos técnicos que ahora estoy utilizando desde la abogacía para ir en contra de la Administración...me encanta, no sabéis como disfruto.
De verdad, mucho ánimo a todos los opositores que me podáis leer ( especialmente a ti, E.) me hace muchísima ilusión cuando alguno de mis compañeros logra su sueño y consiguen su plaza, próximas víctimas de mis recursos de alzada y reposición, qué morbo!
6 comentarios:
Nunca, nunca te pasas de las 40... qué rabia das... tu blog se debería llamar: cantandolascuarenta.blogspot.com...
Opositores: Ay... Yo me presento a todas las convocatorias, pero soy del tipo más raro: el que trabaja cuarenta horas semanales, estudia otra diplomatura por la UNED a trancas y barrancas (muchas veces recurriendo a "el día antes, atracón de turrón"), y en fin... me planto en las oposiciones rogando a Dios que me caiga uno de los 5 temas que he conseguido leer hasta el final en los dos años entre convocatoria y convocatoria. Pero me da igual... si cuela, cuela, y si no... mientras vayamos pagando facturas...
Muchos besitos canario... tienes mucho más que contar... cántanos otras cuarenta...
Admiro la constancia de los opositores. La verdad es que juré y perjuré tras la carrera que no volvería a coger un libro. Pasarse unos cuantos años más viviendo de la nada...qué paciencia y entereza.
Los opositores se tiene el cielo ganado. Es normal que luego muchos de ellos se echen a la buena vida y no vuelvan a dar palo al agua...
Es broma, es broma :P
Yo también les mando mucho ánimo, qué caray.
Un abrazo, guapísimo. Hacía tiempo que no se te leía.
Conozco a un muchacho que lleva 17 años estudiando unas oposiciones. A veces me lo imagino como el del chiste; que cuando le vayan a dar la plaza, diga que ya no la quiere. Dicen que, al fin y al cabo, ser opositor es una profesión más. Me sumo a tus ánimos para todos los opositores.
Yo una vez hace años quise probar suerte con una oposición. La mía era de las facilitas, me iba a presentar a auxiliar. Bien, me apunté a una escuela para prepararlo bien, pagué un pastón y aún estoy esperando que salga la convocatoria (esto fue hace unos 18 años). Llegué a la conclusión de que los de la escuela me timaron.
En realidad todo sirve para algo, pero pocas veces nos damos cuenta de la lección.
Buena suerte ex-opositor!
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